El laboratorio clínico es un espacio físico muy relacionado con la seguridad del paciente. Se le considera un servicio transversal, que a pesar de no trabajar directamente con el paciente, las actuaciones realizadas en el mismo tienen unas repercusiones que afectan de manera directa e importante al paciente.
El primer objetivo del especialista clínico es no hacer daño a los pacientes "primun non nocere". Este principio debe entenderse como el no generar molestias e incomodidades a los pacientes, someterles a pruebas que pueden conllevar un riesgo para el mismo o la demora en el diagnóstico. La gestión de la misma desde el laboratorio va encaminada a acciones que minimicen los riesgos o bien los elimine.
Es de vital importancia una cultura de seguridad del paciente dentro de nuestra organización. Ésta implica un cambio en la manera de proceder de la práctica diaria, mostrando una visión mas sistemática de la atención sanitaria.
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