FOLATOS EN SUERO
El ácido fólico, folacina o ácido pteroil-L-glutámico (la forma aniónica se llama folato), conocida también como vitamina B9, es una vitamina hidrosoluble del complejo de vitaminas B. Los términos "fólico" y "folato" derivan su nombre de la palabra latina folium, que significa hoja vegetal.
Una observación clave realizada por la investigadora Lucy Wills en 1931 consiguió identidicar el folato como un nutriente requerido para prevenir la anemia durante el embarazo. Wills demostró que la anemia podía ser revertida con levadura de cerveza. El folato fue identificado como una sustancia contenida en la levadura de cerveza durante 1930 y fue extraída de la espinaca después en 1941. Fue sintetizada por primera vez en 1946 por Yellapragada Subbarao, científico indio que hizo importantes aportaciones al tratamiento del cáncer, desarrollando la mayor parte de su carrera en los Estados Unidos, pese a lo cual nunca llegó a obtener la tarjeta de residente.
La hematóloga británica Lucy Wills eligió en 1928 la India para sus investigaciones cuando le llamó la atención la gran cantidad de casos de anemia en las trabajadoras textiles en Bombay y creía que la causa debiera ser la nutrición. Tras comprobarlo, previa práctica en monos y ratones, descubrió que el ácido fólico de la levadura llevaba a la mejoría, como la que contenía, por ejemplo, la crema para untar británica "Marmite" realizada a base de levadura de cerveza. Aquel factor de la levadura comenzó a ser conocido como el Factor Wills.
La vitamina B12 y el folato forman parte del complejo de las vitaminas B. Estas pruebas miden la concentración de folato y vitamina B12 en suero o plasma (porción líquida de la sangre), esencialmente con la finalidad de detectar deficiencias de las mismas. También se puede determinar la cantidad de folato contenida dentro de los hematíes, donde suele ser más elevada que en el suero o plasma.
El folato se encuentra en las verduras de hojas verdes, en los cítricos, en las alubias, en los guisantes, en el hígado y en las levaduras. Normalmente se habla de ácido fólico cuando se está haciendo referencia a los suplementos añadidos a alimentos y bebidas. La vitamina B12 se encuentra en los productos de origen animal como la carne roja, el pescado, la carne de corral, los lácteos y los huevos; el organismo no es capaz de producirla. Últimamente, los cereales enriquecidos, el pan y otros derivados de cereales constituyen también fuentes importantes de vitamina B12 y folato (identificado como ácido fólico en la información nutricional del envase).
Tanto la vitamina B12 como el folato son imprescindibles para una formación normal de los hematíes, para una buena reparación celular y tisular y para la síntesis del ADN. La vitamina B12 también es esencial para la salud neuronal, y el folato es necesario para la división celular, como se ha observado en el feto durante el embarazo. Déficits de folato y de vitamina B12 pueden producir una anemia macrocítica, como la anemia megaloblástica que se caracteriza por una disminución de la producción de hematíes que por otra parte están aumentados de tamaño (conocidos como macrocitos). La anemia megaloblástica también puede acompañarse de alteraciones celulares en la médula ósea, disminución de leucocitos y de plaquetas.
Los déficits de vitamina B12 también pueden producir diferentes grados de neuropatías, lesiones en los nervios que pueden provocar hormigueo e insensibilidad en manos y pies. Los déficits de folato al principio del embarazo pueden hacer aumentar el riesgo de que el feto presente defectos del tubo neural, como espina bifida. Normalmente, las deficiencias de vitamina B12 y folato son de causa dietética, ya sea por un aporte insuficiente, por una absorción inadecauda o por un aumento de las necesidades como sucede durante el embarazo.
Actualmente muchos alimentos y bebidas están enriquecidos con estas vitaminas. El organismo es capaz de almacenar en el hígado cantidades de vitamina B12 suficientes para varios años; en el caso del folato las reservas son de aproximadamente 3 meses. Las carencias dietéticas de estas vitaminas no suelen causar síntomas hasta que se agotan las reservas. En personas vegetarianas estrictas y en sus hijos (si los amamantan) sí pueden ocasionalmente observarse déficits de vitamina B12.
La absorción de la vitamina B12 se subdivide en distintas etapas. La vitamina B12 se libera de los alimentos gracias al ácido del estómago; posteriormente, en el intestino delgado, la vitamina B12 se une al factor intrínseco (FI), una proteína producida por las células parietales del estómago. Este complejo FI-B12 se absorbe en el intestino delgado donde se fija a proteínas transportadoras (transcobalaminas) que permiten su paso hacia la circulación sanguínea. Cualquier trastorno o enfermedad que interfiera en estas etapas, impedirá la correcta absorción de vitamina B12.
Las deficiencias de vitamina B12 y folato atribuibles a un aumento de las necesidades se pueden observar en varias circunstancias. Durante el embarazo, lactancia, infancia, anemias hemolíticas crónicas y cánceres existe un aumento de la demanda de folato. Actualmente se prescriben a todas las embarazadas suplementos de folato para asegurar que el desarrollo fetal será normal.
Las pruebas de determinación de vitamina B12 y folato proporcionan una instantánea de sus niveles en sangre. Unos valores normales indican que los síntomas del individuo son probablemente atribuibles a otra causa, o quizás que las reservas de vitamina B12 y/o folato todavía no se han agotado. A veces, si a pesar de hallar una vitamina B12 normal se sigue sospechando un déficit de B12, el médico solicita la determinación de ácido metilmalónico (AMM) ya que constituye un marcador precoz de déficit de vitamina B12.
Si una persona tiene síntomas, unos niveles disminuidos de vitamina B12 y/o folato indican la presencia de una deficiencia, a pesar de no reflejar necesariamente la severidad de la anemia o de la neuropatía asociadas; será necesario solicitar otras pruebas para hallar la causa.
Entre las causas de disminución de los niveles de vitamina B12 y/o folato se encuentran: Ingesta insuficiente - no es frecuente pero puede observarse en estados de desnutrición general y en vegetarianos que no consumen productos animales, ni leche ni huevos (las deficiencias de folato son sin embargo raras desde que cereales y derivados se enriquecen con folato); Malabsorción - pueden observarse deficiencias tanto de folato como de vitamina B12 en trastornos que interfieren con su absorción en el intestino delgado, como Enfermedad celíaca y esprúe tropical, Sobrecrecimiento bacteriano o presencia de parásitos en los intestinos, Disminución de la producción ácida del estómago por el uso prolongado de ciertos fármacos, como antiácidos o inhibidores de la bomba de protones, Anemia perniciosa, la causa más frecuente de déficit de vitamina B12, Intervenciones quirúrgicas en las que se extirpa parte del estómago, como un by-pass gástrico, o de los intestinos, con la consiguiente disminución de la absorción, Insuficiencia pancreática, etc.; Alcoholismo crónico - causa un déficit de vitamina B12 y/o folato por disminución de la ingesta y por disminución de la liberación de la vitamina B12 desde las proteínas de la dieta; Anticonvulsivantes como fenitoína o fármacos como el metotrexate que, respectivamente, disminuyen los niveles de folato o bloquean la absorción del mismo y alteran su metabolismo.
Aumento de la demanda - las embarazadas necesitan mayor cantidad de folato para segurar un desarrollo fetal normal. Las personas con cáncer, especialmente si éste ha metastatizado (diseminado) o con anemia hemolítica crónica necesitan mayor cantidad de folato.Concentraciones normales o aumentadas de folato y/o vitamina B12, en personas tratadas con suplementos (vía oral o inyecciones) por un déficit de los mismos, indican que ha habido una buena respuesta al tratamiento.
Es poco habitual hallar niveles elevados de B12 y no suele tener interés su monitorización. A veces se observan asociados a diabetes, insuficiencia cardíaca, obesidad, SIDA, enfermedad hepática grave o en trastornos mieloproloferativos crónicos y cáncer.
Fuente: Sociedad Española de Bioquímica Clínica (SEQC), American Association for Clinical Chemistry (AACC)