BILIRRUBINA EN SUERO
En 1913, van den Bergh y Snapper aplicaron la reacción de Erhlich para demostrar por vez primera la presencia de bilirrubina en suero.
Posteriormente, van den Bergh y Multer en 1916 observaron que el suero de los pacientes con ictericia obstructiva contenía dos pigmentos que experimentaban la reaccion de diazotación, esto es, la bilirrubina estaba presente en dos formas. Denominaron reacción directa al color que se desarrollaba en solución acuosa e indirecta al color adicional que aparecía al añadir alcohol.
La bilirrubina es un pigmento amarillo-anaranjado. Es un producto de desecho producido principalmente durante la destrucción del grupo heme; este grupo forma parte de la hemoglobina de los hematíes o glóbulos rojos de la sangre. El hígado actúa sobre la bilirrubina de manera a favorecer su eliminación. Esta prueba mide la cantidad de bilirrubina en sangre para evaluar así la función hepática y para contribuir al diagnóstico de anemias causadas por aumento de destrucción de los hematíes (anemia hemolítica).
Los glóbulos rojos o hematíes se degradan normalmente después de estar 120 días en la circulación. La descomposición del grupo heme de la hemoglobina supone la formación de bilirrubina en forma de bilirrubina no conjugada. Esta bilirrubina no conjugada es poco soluble en agua, y por este motivo las proteínas de la sangre la transportan hacia el hígado, donde se le añaden (conjugan) unos azúcares que la convierten en una forma de bilirrubina más soluble en agua, la bilirrubina conjugada. La bilirrubina conjugada pasa a formar parte de la bilis y con ella, alcanza el intestino delgado donde posteriormente es escindida por la acción de bacterias, y eventualmente se elimina por las heces. Los productos de degradación de la bilirrubina confieren a las heces su característico color marronoso.
Un adulto sano produce de 250 a 350 mg de bilirrubina diarios, de los cuales el 85% deriva de hematíes dañados o viejos que han muerto, y el porcentaje restante de la médula ósea o del hígado. En condiciones normales se pueden liberar hacia la sangre pequeñas cantidades de bilirrubina no conjugada, aunque su presencia es mínima. Las pruebas de laboratorio permiten medir ambas formas de bilirrubina, conjugada y no conjugada, y también se puede proporcionar una medida de toda la bilirrubina o bilirrubina total (suma de las anteriores). El patrón de resultados obtenido de estas medidas proporciona información valuosa de cara al diagnóstico.
Si los niveles de bilirrubina en sangre aumentan puede aparecer ictericia, y la piel y/o la conjuntiva ocular tomarán un color amarillento. Aumentos de la bilirrubina no conjugada indican que se está produciendo demasiada bilirrubina, normalmente por destrucción de hematíes (hemólisis), o bien que el hígado es incapaz de procesar la bilirrubina por la existencia de alguna enfermedad hepática como cirrosis o ciertos trastornos hereditarios. Aumentos de los niveles de bilirrubina conjugada indican que el hígado es capaz de procesar la bilirrubina aunque esta no puede eliminarse adecuadamente por alguna causa, como hepatitis aguda u obstrucción de los conductos biliares.
Los recién nacidos presentan con frecuencia aumentos de los niveles de bilirrubina total y no conjugada especialmente durante los 3 primeros días. A menudo se habla de ictericia fisiológica del recién nacido, que se debe a una inmadurez del hígado del bebé. La situación se suele resolver por sí misma en unos pocos días. En la enfermedad hemolítica del recién nacido, pueden destruirse los hematíes debido a una incompatibilidad entre la sangre de la madre y la del hijo; estos casos deben tratarse ya que los niveles elevados de bilirrubina no conjugada pueden causar daños cerebrales en el bebé. y pueden producir retraso mental, dificultades en el aprendizaje y en las capacidades intelectuales, pérdidas auditivas o trastornos oculares. Es muy importante identificar rápidamente aumentos de bilirrubina en los recién nacidos y tratarlos inmediatamente. En la ictericia fisiológica del recién nacido y en la enfermedad hemolítica del recién nacido, tan solo aumenta la bilirrubina no conjugada (indirecta). En los casos en que existe lesión hepática (hepatitis neonatal y atresia de vías biliares), que son mucho menos frecuentes, también existen aumentos de bilirrubina conjugada (directa).
Existe una enfermedad congénita grave aunque rara (1 de cada 10000 nacimientos) conocida como atresia de las vías biliares, que puede producir aumentos de bilirrubina total y de bilirrubina conjugada, y que debe detectarse y tratarse inmediatamente. El tratamiento suele ser quirúrgico y la finalidad es la de prevenir una lesión hepática muy grave (cirrosis) que podría suponer la necesidad de un trasplante de hígado durante el primer o segundo año de vida. A pesar de la cirugía, algunos niños siguen necesitando un trasplante de hígado.
En recién nacidos, se puede obtener la muestra por punción en el talón. Algunas instituciones sanitarias disponen de una técnica no invasiva que determina la bilirrubina usando un instrumento que se coloca sobre la piel (bilirrubinómetro transcutáneo).
Adultos y niños
Aumentos de bilirrubina total a expensas principalmente de bilirrubina no conjugada o indirecta suelen deberse a:
Anemia hemolítica o anemia perniciosa, Reacción transfusional, Cirrosis, Síndrome de Gilbert, trastorno metabólico frecuente debido a niveles disminuidos del enzima que añade moléculas de azúcar a la bilirrubina.Algunas enfermedades hereditarias crónicas son los síndromes de Gilbert, de Dubin-Johnson, de Rotor y de Crigler-Najjar. De todos estos síndromes, el más grave y que puede resultar mortal, es el de Crigler-Najjar. Los otros tres suelen comportarse como enfermedades crónicas leves que pueden agravarse en determinadas circunstancias pero que en general no ocasionan problemas serios de salud. El síndrome de Gilbert es muy común; la anomalía genética se observa en 1 de cada 6 personas pero la mayoría de los que la tienen no presentan aumentos de los niveles de bilirrubina.
Cuando los niveles de bilirrubina conjugada o directa aumentan más que los de la forma no conjugada o indirecta, suele existir un problema asociado a una disminución de la eliminación de la bilirrubina por parte de las células hepáticas, como puede suceder en: Hepatitis víricas, Reacciones a fármacos, Enfermedad hepática de causa alcohólica.
También aumenta más la forma conjugada (directa) de la bilirubina respecto a la no conjugada (indirecta) cuando existen bloqueos u obstrucciones de los conductos biliares, como: Presencia de piedras en los conductos biliares, Tumores, Lesiones de las vías biliares que acaban por obstruir los conductos.
Algunos trastornos hereditarios raros en los que está alterado el metabolismo de la bilirrubina (síndromes de Rotor, de Dubin-Johnson y de Crigler-Najjar) también pueden hacer aumentar las concentraciones de bilirrubina.
Las concentraciones bajas de bilirrubina no tienen relevancia alguna y no suelen controlarse.
Recién nacidos
En recién nacidos pueden existir aumentos de bilirrubina transitorios que se resuelven por sí solos en pocos días o en un par de semanas. No obstante, si la concentración de bilirrubina supera un valor crítico o aumenta de manera muy marcada, es necesario investigar la causa para tratarla cuanto antes mejor. Un aumento de bilirrubina puede ser el resultado de una destrucción acelerada de los glóbulos rojos por una incompatibilidad sanguínea entre la madre y su bebé. Otras causas incluyen algunas infecciones congénitas, hipoxia (falta de oxígeno), trastornos genéticos diversos y enfermedades que pueden afectar al hígado. En la mayoría de estos trastornos solo aumenta la forma no conjugada (indirecta) de la bilirrubina. Se observan aumentos de bilirrubina conjugada (directa) en los casos raros de atresia de vías biliares y de hepatitis neonatal. El objetivo del tratamiento de la atresia de las vías biliares es el de evitar el daño hepático y es quirúrgico.
A pesar de que la bilirrubina no conjugada puede ser tóxica para el desarrollo del cerebro de los recién nacidos (hasta que tienen de 2 a 4 semanas de vida), en niños mayores y adultos no supone la misma amenaza. En niños mayores y adultos, la barrera hemato-encefálica está más desarrollada e impide que la bilirrubina pase a través de ella y alcance así las células cerebrales. De cualquier forma, una concentración elevada de bilirrubina en niños y adultos debe evaluarse y tratarse.
En orina no suele encontrarse bilirrubina. No obstante, la bilirrubina conjugada es soluble en agua y por lo tanto, cuando sus niveles están aumentados, puede eliminarse del organismo por la orina. La presencia de bilirrubina en orina suele indicar una obstrucción en los conducos hepáticos o biliares, hepatitis o alguna otra enfermedad hepática. La prueba más comúnmente utilizada para detectar bilirrubina en orina es el urianálisis, en el que se emplea una tira reactiva.
La concentración de bilirrubina tiende a ser ligeramente más elevada en hombres que en mujeres.
La concentración de bilirrubina puede aumentar debido al ejercicio físico extenuante.
El fármaco atazanavir hace aumentar los niveles de bilirrubina no conjugada (indirecta). Fármacos que pueden hacer disminuir los niveles de bilirrubina total incluyen barbituratos, cafeína, penicilina y salicilatos a dosis elevadas.
Fuente: Sociedad Española de Bioquímica Clínica (SEQC), American Association for Clinical Chemistry (AACC)