Son múltiples las definiciones que podemos encontrar de seguridad del paciente, pero todas ellas vienen a decir lo mismo:
- Ausencia de daño innecesario real o potencial asociado a la atención sanitaria (OMS).
- Ausencia, prevención y mejora de resultados adversos originados como consecuencia de la atención sanitaria (Cooper 2000).
Uno de los principales clásicos de la medicina es el hipocrático “PRIMUM NON NOCERE”. Es la norma más antigua de autorregulación del ejercicio de la medicina que obliga al autocontrol, así como a la vigilancia en la práctica de la medicina a fin de evitar o paliar los efectos y las secuelas indeseables derivadas de la práctica médica.
La información sobre EA es relativamente reciente (años 60), pero hasta la década de los 90 no se comienza a disponer de evidencia científica.
La Seguridad del Paciente se caracteriza por:
Componente clave de la calidad asistencial. Ha adquirido gran relevancia en los últimos años tanto para los pacientes y sus familias, que desean sentirse seguros y confiados en los cuidados sanitarios recibidos, como para las gestores y profesionales que desean ofrecer una asistencia sanitaria segura, efectiva y eficiente.
Los efectos no deseados secundarios en la atención sanitaria representan una causa de elevada morbilidad y mortalidad en todos los sistemas sanitarios desarrollados. La razón fundamental es la creciente complejidad del manejo de los pacientes, en el que interactúan factores organizativos, factores personales de los profesionales y factores relacionados con la enfermedad. Los daños que se pueden ocasionar a los pacientes en el ámbito sanitario y el coste que suponen a los sistemas sanitarios son de tal relevancia que las principales organizaciones de salud como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Plan Americana de la Salud, el Comité de Sanidad del Consejo de Europa, así como diversas agencias y organismos internacionales han desarrollado estrategias en los últimos años para proponer planes, acciones y medidas legislativas que permitan controlar los eventos adversos evitables en la práctica clínica.
En este contexto, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, en su responsabilidad de mejorar la calidad del sistema sanitario en su conjunto, como establece la Ley 16/2003, de Cohesión y Calidad del Sistema Nacional de Salud, ha situado la seguridad del paciente en el centro de las políticas sanitarias como uno de los elementos clave de la mejora de la calidad, quedando así reflejado en la estrategia número 8 del Plan de Calidad para el Sistema Nacional de Salud (SNS), que se viene desarrollando desde el 2005 en coordinación con las Comunidades Autónomas.
ESTRATEGIA DE SEGURIDAD DEL PACIENTE (2015-2020)
La estrategia de seguridad del paciente engloba:
- Promover y desarrollar el conocimiento y la cultura de seguridad del paciente entre los profesionales y los pacientes en cualquier nivel de atención sanitaria. Este objetivo implica el desarrollo de acciones para mejorar la información y formación sobre seguridad de los profesionales, pacientes y ciudadanos.
- Diseñar y establecer sistemas de información y notificación de eventos adversos para el aprendizaje.
- Implantar prácticas seguras recomendadas en los centros del Sistema Nacional de Salud.
- Promover la investigación en seguridad del paciente.
- Promover la participación de pacientes y ciudadanos en las políticas que se desarrollan en seguridad del paciente.
- Promover la participación de España y aumentar su presencia en foros internacionales sobre SP.
El objetivo final de la Estrategia de Seguridad del Paciente es "Objetivo: Mejorar la seguridad de los pacientes atendidos en los centros sanitarios del SNS"
NECESIDAD DE DESARROLLAR UNA CULTURA DE SEGURIDAD DEL PACIENTE
En el año 1999, el reporte del Institute Of Medicine “To Err Is Human: Building a Safer Health System” evidencia una realidad alarmante: La elevada mortalidad asociada a errores médicos no intencionales. El reporte refiere que se producen entre 44.000 a 98.000 muertes anuales, con implicancias económicas estimadas entre $17 a $29 billones de dólares por año en hospitales norteamericanos.
Este reporte marcó un hito en la historia de los estándares de calidad en salud. Puso en evidencia la necesidad de desarrollar una cultura de seguridad, que debía involucrar a organismos gubernamentales, proveedores de la salud, industrias, empresas de tecnologías de la información y a los consumidores en la generación y aplicación de estrategias de prevención.
Dicha publicación Medicina puso en evidencia a nivel internacional la incidencia de eventos adversos que afectan a la SP. Esto dio lugar a la toma de consciencia sobre SP y a la aparición de un movimiento enérgico centrado en la SP.
LO QUE HACEMOS, ¿TIENE RIESGO?
La asistencia sanitaria en cualquier dimensión supone una práctica de riesgo, sobre todo en lo relativo a la atención hospitalaria, dadas la complejidad y las múltiples intervenciones que los procesos asistenciales tienen, incluso los más simples y repetitivos. Estamos ante procesos asistenciales que conllevan la combinación de diferentes actuaciones, tecnologías e interacciones humanas que hacen que la medicina de hoy sea compleja, efectiva y potencialmente peligrosa. Nos encontramos ante daños o lesiones que aparecen durante el proceso asistencial que no son producidos por la enfermedad en sí.
Los errores de medicación son los más comunes de los errores médicos; por suerte, pueden ser uno de los más prevenibles. Los errores incluyen la asignación de un medicamento erróneo debido a falta de información. Por ejemplo, recetar un medicamente al que el paciente es alérgico.
Los errores quirúrgicos son de los más graves, como son, dejarse instrumental quirúrgico dentro del paciente, realizar el procedimiento equivocado o incluso equivocarse de paciente son algunas de las negligencias que aparecen en las noticias de vez en cuando.
ESTUDIO ENEAS 2005
Estudio Nacional sobre los Efectos Adversos ligados a la Hospitalización
Se trata de un estudio retrospectivo de cohortes en el que participaron 24 hospitales (5 grandes, 13 medianos, 6 pequeños). Se seleccionaron las historias clínicas de pacientes ingresados, cuya hospitalización sea superior a 24 horas, en los hospitales seleccionados, que tengan historia clínica en los mismos y que hayan sido dados de alta del 4 al 10 de junio de 2005 (ambos inclusive).
El objetivo del estudio es estimar la incidencia de eventos adversos en los hospitales.
SEGURIDAD PACIENTE ÁMBITO HOSPITALARIO
La seguridad del paciente dentro de ámbito hospitalario lo podemos estructuras en cinco puntos:
1. Identificación adecuada del paciente: Disponemos en nuestro hospital de un protocolo de actuación para la identificación de los pacientes mediante un sistema de pulseras identificativas. Durante todo el proceso de atención médica y de enfermeria, cualquiera de los profesionales que atienden al paciente tiene que confirmar la identidad fijándose en las pulseras, preguntando el nombre al paciente antes de realizar cualquier intervención además de confirmárlo con la historia. La pulsera la mantiene el paciente durante el ingreso en cualquier unidad del Hospital. Hay que comprobar como mínimo la identidad de los pacientes previamente a:
- Administración de cualquier medicación y/o fluidos
- Obtención de muestras de sangre u otro fluido corporal
- Transfusión de sangre o hemoderivados
- Realización de intervención quirúrgica o procedimiento invasivo
- Realización de pruebas diagnósticas o terapéuticas
- Traslado de pacientes.
2. Higiene de manos: Relacionado con el desarrollo de prácticas seguras para disminuir o evitar las infecciones nosocomiales. La higiene de manos es el procedimiento más importante y eficaz para la prevención y control de las infecciones.
La higiene de las manos es una acción muy simple, y se debe de practicar por toda persona que realice cuidados a un paciente, ya se trate de personal sanitario o cuidadores. A pesar de ser la medida más importante para reducir la incidencia de infección y la propagación de los microorganismos, el cumplimiento de las normas de higiene de las manos es muy bajo, por ello la Estrategia de Seguridad del Paciente (2015-2020) la incluye dentro de sus objetivos.
3. Protocolo de lateralidad: Relacionado con la comprobación del lado correcto antes de una intervención quirúrgica. Se deben comprobar al menos dos documentos del paciente, historia clínica, consentimiento informado, documento de preanestesia y/o parte quirúrgico. Seguidamente se debe llevar a cabo el marcaje de la zona que se va a intervenir. Una vez dentro de quirófano, incluido dentro del checklist quirúrgico, previo a la incisión quirúrgica o a la realización del bloqueo anestésico, se vuelve a comprobar el lado correcto. Nuevamente se repite la misma situación mediante confirmación del lado o nivel mediante pruebas de imagen.
4. Notificación de incidentes: mediante la aplicación de CISEMadrid.
5. Información de la medicación en el informe de alta con respecto a medicación, dosis, vía y tiempo de administración. Se deben evitar duplicidades. Se debe comprobar que el informe es del paciente al que se está atendiendo.
EL LABORATORIO CLÍNICO
Influencia sobre Seguridad del Paciente
El laboratorio clínico tiene una alta repercusión en la seguridad del paciente, ya que participa en el proceso asistencial por completo. En torno a un 60 – 70% de las decisiones médicas diarias se hacen en base a resultados del laboratorio. Constituye un lugar capaz de generar eventos adversos.
Debemos asegurar la calidad total del laboratorio para reducir al mínimo el nº de errores. El análisis de errores es bastante difícil ya que conlleva investigar todos los pasos involucrados en el proceso, es más, no existen mecanismos estándares que nos digan cómo se debe hacer ese análisis.
Dentro del proceso clave de un laboratorio clínico, la fase preanalítica es aquella en la que se detecta un mayor número de errores. Esto es así porque estamos ante una fase que en su mayor medida se va a hacer fuera del laboratorio, participan diferentes profesionales que no están bajo la supervisión de un técnico de laboratorio y consta de un gran número de etapas. Por lo tanto, uno de los retos a día de hoy, es la mejora de los procesos preanalíticos, sin olvidar que la calidad solo se puede alcanzar si tenemos en cuenta el proceso total del laboratorio.
Herramientas para la mejora de la calidad. Fase preanalítica
Nuestro laboratorio está certificado según la norma ISO EN UNE 9001:2015. Dicha norma indica que la organización debe “establecer, implementar, mantener y mejorar continuamente un sistema de gestión de la calidad, incluidos los procesos necesarios y sus interacciones”. Añade, que la organización debe, entre otras, determinar los procesos necesarios para el sistema de gestión de la calidad y su aplicación a través de la organización, realizar el seguimiento, las mediciones y los indicadores necesarios para asegurarse del control de estos procesos, evaluar estos procesos e implementar cualquier cambio necesario para asegurarse de que se logran los resultados previstos.
Las herramientas de las que disponemos a día de hoy para mejorar la calidad de la fase preanalítica son dos: Indicadores de calidad y Especificaciones de calidad preanalítica.
A día de hoy no existe consenso de cuáles son los indicadores y las especificaciones de calidad que se deben utilizar en este caso. Cada laboratorio debe elaborar establecer según su complejidad los indicadores posibles a implementar. Como límite de aceptabilidad podemos optar por basados en el estado del arte (bibliográficos, compararse con laboratorios similares a nosotros o bién a través de datos previos del laboratorio) o bién por resultados obtenidos en programas de evaluación externa de la calidad tanta internacionales como nacionales.
Las incidencias preanalíticas que se registran hacen referencia a:
• Muestras erróneas: Muestras hemolizadas, contaminadas, coaguladas, insuficientes...
• Falta muestra
• Error en la asignación de etiquetas
• Otros: rechazo de solicitud, rescates...
Nuestro indicador para incidencias preanalíticas es el siguiente, y su límite de aceptabilidad de este indicador está en un 5%.
Aquel indicador que ha sobrepasado el límite de aceptabilidad del 5% ha conllevado establecer una acción de mejora que como se puede ver en la figura 1 ha sido totalmente efectivo a día de hoy porque en años posteriores hemos conseguido disminuir su valor.
Conclusiones
- El Laboratorio Clínicos es de vital importancia para el diagnóstico de enfermedades en los pacientes.
- Dado que es un lugar donde se pueden generar errores, debemos centrarnos en la fase preanalítica que a día de hoy se sabe que es aquella en la que se originan un mayor número de incidencias.
- Los indicadores de calidad deben revisarse periódicamente con el fin de poder establecer acciones de mejora cuando se sobrepase el límite de aceptabilidad.
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